El Reiki es una técnica con la que buscamos conseguir la "realización de una vida feliz''. “Rei” (Universal) y “Ki” (Energía Vital) son los términos del concepto japonés que se utiliza para denominar al sistema de sanación natural que consiste en canalizar esa energía a través de las manos.

 

Su esencia es el Amor y nos reconecta con la divinidad, despertando nuestras innatas capacidades de sanación. Nos ayuda a recuperar nuestra calidad de seres espirituales, trayendo la sanación a nuestras vidas y al mismo tiempo nos reconecta con nuestro Maestro Interno. Quienes practican seriamente esta técnica, experimentan profundos cambios en sus vidas y comienzan a sentir la conexión que los llevará a la armonización, sanación y felicidad.

 

No es una religión, ni obedece a postulados de religión alguna. Al igual que la acupuntura o el shiatsu, esta técnica parte de una tesis muy sencilla: que el ser humano es "todo energía”. El Reiki sostiene que cuando la energía se bloquea, es cuando se produce una enfermedad. La imposición de las manos en la zona sirve para disolver ese 'nudo' que impide que la energía fluya y así devolver el equilibrio al organismo.

 

Es una herramienta muy poderosa que está al alcance de cualquiera. No sólo es compatible con cualquier tratamiento médico, sino que además actúa como complemento, ya que en ningún caso se recomienda suspender ninguna medicación para sustituirla con esta técnica. Está reconocida como terapia alternativa por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Estados Unidos, Reino Unido, España y otros países ya se utiliza en más de 1.000 centros hospitalarios y está incluido en el Sistema Público de Salud. En el estado de Nueva York, los servicios de emergencia y enfermería están formados para dar Reiki.