Todas las practicas de yoga de una u otra forma nos ayudan con la activación del prana en nuestro cuerpo. El prana es la fuerza de energía vital que circula en nuestro organismo. Ésta fuerza anima a todo ser viviente y se subdivide dentro del cuerpo en cinco pranas menores, también conocidos como Vayus o vientos y están relacionados con funciones muy concretas en el organismo, llevando a nuestro cuerpo físico a la apertura y el equilibrio.
Los vayus, son las cinco principales corrientes de energía sutil que nutren nuestro cuerpo físico. Cada sistema del cuerpo depende del flujo regular y la nutrición energética de uno o más de los vayus. Cuando el flujo de energía vital es óptimo, nuestra fisiología se suaviza y se eficientiza. El bloqueo crónico de este flujo de energía da como resultado la deficiencia de nuestra energía que va llevando el cuerpo al desbalance.
Apana Vayu
Apana Vayu nos conecta con la fuerza de enraizamiento. Es la corriente roja de energía que se origina al nivel del chacra raíz y nutre y purifica la pelvis y el suelo pélvico. Su función esencial es procesar la eliminación, incluyendo el sistema urinario y menstrual; controla las funciones del intestino grueso, los riñones, los genitales y el ano. Su energía reside en el bajo vientre y es opuesta a la de Prana Vayu. El movimiento de apana es hacia abajo y hacia fuera y está ligado directamente con la exhalación.
El equilibrio de apana es vital para nuestra salud, por eso para armonizarlo necesitamos trabajar con los asanas de pie que nos brindan estabilidad, de igual forma los equilibrios como la Postura del Árbol nos permiten conectar con el elemento tierra. Tiene que ver además con nuestra capacidad para liberar emociones y estímulos sensoriales.
Prana Vayu
El prana vayu es la corriente verde de energía que se origina al nivel del ombligo y se eleva hacia arriba nutriendo el pecho, corazón, pulmones y espalda alta; se encarga de la asimilación en nuestro organismo. Se relaciona directamente con la inspiración y su energía reside en la región del pecho, entre la garganta y el diafragma; vinculado con la función del corazón, a nivel energético con la entrada de la fuerza vital. Su movimiento es hacia dentro y hacia arriba.
Todo lo que absorbemos a través de nuestro cuerpo físico y mental; sea comida, aire, sensaciones, pensamientos están relacionado con este Vayu. Las posturas vinculadas con apertura y expansión del pecho y la región del corazón estimulan el movimiento de Prana Vayu, así como las prácticas de Pranayama.
Samana Vayu
Se concentra en el núcleo de nuestro cuerpo, en el espacio que separa el ombligo del esternón. Su energía dorada se expande hacia afuera desde el centro del plexo solar al inhalar y hacia el interior en la exhalación. Rige el fuego digestivo, el estómago, el hígado, el páncreas, y equilibra sus secreciones.
Cuando está armonizado brinda vitalidad a los órganos digestivos, nos aporta poder y equilibrio. El desbalance desestabiliza el sistema digestivo y asimilación de los nutrientes. Cuando fortalecemos nuestro centro movilizamos el flujo de este vayu. Los asanas de torsión y de equilibrio sobre manos son claves para obtener esta fuerza. Samana en el núcleo armonizado brinda equilibrio a los demás vayus.
Vyana Vayu
Es el flujo de la energía violeta que se mueve desde el núcleo del cuerpo hacia la periferia, y ayuda a todos los demás vayus en sus funciones, además de movilizar todos los nutrientes en el organismo. Su principal función es apoyar el flujo óptimo de circulación de la sangre, el sistema linfático, los impulsos nerviosos y la energía sutil hacia las extremidades con la inhalación va hacia el centro de la gravedad del cuerpo, localizado debajo del ombligo y con la exhalación se irradia hacia las extremidades. Está relacionado con el movimiento, las articulaciones, los músculos y el latido cardíaco. La energía que se genera mediante las prácticas Vinyasa, así como los asanas invertidos.
Udana Vayu
Udana reside en el área de la garganta y es la fuerza que expulsa el aire durante el habla y la comunicación. Su energía azul se mueve en la parte más alta. Su función esencial es mantener la salud de los sentidos, el sistema endocrino y el sistema nervioso central. Por lo que su armonía y balance nos aporta claridad mental y concentración; asi como el buen funcionamiento de la glándula tiroides. Regula la expresión facial y los órganos de los sentidos y las cuerdas vocales facilitando nuestra comunicación.
Además, rige la deglución de los alimentos y de las experiencias que acontecen en nuestro día a día. Posturas como Matsyasana y Sarvangasana, desbloquean Udana en la garganta, así como mantralizar OM.
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