Reiki, antiguo método sanador, fue descubierto a mediados del siglo XIX por el doctor Mikao Usui, a quien también se le debe su resurgimiento. La historia de la búsqueda del Dr. Usui de este conocimiento secreto fue contada por la Gran Maestra Hawayo Takata (1900/1980) del siguiente modo:
Mikao Usui era director de un seminario cristiano en Kyoto, Japón. Un día, algunos de sus pupilos mayores preguntaron porqué nunca habían oído algo acerca de los métodos de sanación utilizados por Jesucristo y si el Dr. Usui podría realizar tales sanaciones para ellos.
Dado que no le resultó posible contestar esas preguntas, el Dr. Usui decidió renunciar a su cargo y estudiar Cristianismo en un país cristiano hasta encontrar las respuestas. Su viaje lo llevo hasta Estados Unidos, donde asistió a la universidad de Chicago y se graduó como doctor en teología. Sin embargo, no conseguía encontrar una respuesta satisfactoria en las escrituras cristianas y, al no haberlas hallado tampoco en las escrituras chinas, viajó al norte de India, donde se abocó al estudio de los textos sagrados.
El Dr. Usui, no sólo dominaba el japonés, el chino y el inglés, sino también el sánscrito. Tiempo después regresó a Japón, donde se descubrió algunos símbolos y fórmulas sánscritas en viejos sutras budistas que parecían contener las respuestas a sus interrogantes.
En esos días vivía en un monasterio de Kyoto y se dirigió a la montaña sagrada de Kuriyama, situado a uno 25 Km. de distancia. Allí, intentó ayunar y meditar en soledad durante 21 días con la esperanza de establecer contacto con el nivel de conciencia de los signos sánscritos que había anotado para determinar la verdad de sus contenidos. Al llegar a la montaña, colocó frente a él 21 pequeñas piedras y como una especie de calendario arrojaba una con el paso de cada día. Durante este período, leía los sutras, cantaba y meditaba. No sucedió nada similar hasta el amanecer del último día. Estaba todavía bastante oscuro cuando vio una luz intensa que se dirigía hasta él con gran velocidad. Se volvió más y más grande hasta que finalmente lo impactó en el medio de la frente.
El Dr. Usui pensó que iba a morir cuando de pronto vio millones de pequeñas burbujas azules, lilas, rosadas, todos los colores del arco iris. Apareció una inmensa luz blanca y delante de él vio los conocidos símbolos sánscritos que brillaban con destellos dorados y dijo: Si, lo recuerdo. Ese fue el nacimiento del sistema Usui de Reiki. Cuando regresó a un estado mental de conciencia, el sol estaba alto en el cielo. Se sintió lleno de fuerza y energía y comenzó a descender de la montaña. Sin embargo se lastimó un pie. Lo tomó en sus manos durante algunos minutos y el dolor desapareció. Ese fue el primer milagro. Dado que tenía hambre, se detuvo en una posada del camino y pidió, un gran desayuno japonés. El posadero le aconsejó no ingerir tanta comida después de un ayuno tan prolongado, pero el Dr. Usui pudo comer todo sin la menor consecuencia. Ese fue el segundo milagro.
La hija del posadero poseía un intenso dolor de muelas, que sufría desde hace días atrás. Él Dr. Usui aplicó sus manos sobre el rostro hinchado y de inmediato ella se sintió mejor. Esa sanación fue el tercer milagro. El Dr. Usui regresó a su monasterio pero después de unos días decidió partir hacia la ciudad de los Mendigos en el suburbio de Kyoto, para tratar a los menesterosos y ayudarlos a tener una vida mejor. Permaneció siete años en el asilo, tratando muchas enfermedades. No obstante, un día advirtió que no cesaban de regresar los mismos rostros conocidos. Cuando les preguntaba la razón por la cual no habían empezado una nueva vida, le decían que trabajar resultaba problemático y que era mejor seguir mendigando. El Dr. Usui se sintió profundamente apenado y lloró. Reconoció que en sus sanaciones había olvidado algo importante, o sea, enseñarles gratitud a los mendigos. Durante los días siguientes pensó algunas de las máximas Reiki.
Poco después abandonó el asilo y regresó a Kyoto, donde encendía una gran antorcha y permanecía en las calles. Cuando los transeúntes le preguntaban el motivo, les decía que procuraba gente que buscará la luz verdadera, gente enferma y oprimida que anhelará ser sanada. Ese fue el comienzo de una nueva parte de su vida, que dedicó a viajar y a enseñar Reiki. Hoy, el Dr. Usui está enterrado en un templo de Kyoto, con la historia de su vida escrita en su lápida. Se dice que su sepulcro fue honrado por el emperador de Japón. Uno de los más cercanos colaboradores del Dr. Usui, el Dr. Chijiro Hayashi, ocupó su lugar, convirtiéndose en el segundo Gran Maestro de Reiki en línea de tradición. Dirigió una clínica privada de Tokio hasta 1940, donde se trataban casos excepcionalmente graves, mediante aplicaciones constantes de Reiki. Con frecuencia, un paciente solía recibir Reiki de diversos practicantes al mismo tiempo.
Los efectos de la segunda guerra mundial y la muerte del Dr. Hayashi el 10 de mayo de 1941, pusieron fin a esta obra. Hawayo Takata se convirtió en la sucesora del Dr. Hayashi. Ella había nacido en 1900 en la isla de Hawai como hija de padres japoneses, pero poseía la ciudadanía de EE.UU.
Estaba en el final de su fortaleza física y espiritual cuando su camino la condujo hacia el Reiki en 1935. En esa época sufría una cantidad grave de enfermedades, cuando una voz interna le dijo que fuese a Japón y buscase la sanación allí. Ya en Japón, yacía sobre una mesa de operaciones, a punto de atravesar una cirugía cuando la voz le habló de nuevo diciéndole que la intervención era innecesaria. Le preguntó a su medico sobre otros métodos de tratamiento y él le aconsejó ir a la clínica Reiki del Dr. Hayashi. Una vez allí, recibió Reiki diariamente de dos practicantes y, después de un mes, había recuperado completamente la salud. Hawayo Takata fue discípula del Dr. Hayashi durante un año y después volvió a Hawai. El Dr. Hayashi la habilitó como Maestra Reiki cuando visitó Hawai en 1938. A su muerte en 1941, ella lo sucedió como Gran Maestro. Vivió e hizo sanaciones en Hawai durante muchos años, pero comenzó a entrenar Maestros Reiki recién cuando llegó a los 70. El 11 de diciembre de 1980, Hawayo Takata, falleció, dejando 22 Maestros Reiki en Estados Unidos y Canadá.