Nuestros cuerpos están dotados con todo lo que necesitamos para sanar, mantenernos en perfecto balance y equilibrio. Por si fuera poco, el Gran Espíritu en su infinito amor y perfección, nos preparo el plan b. Si fallara nuestro sistema principal y por la razón que fuera no tuviéramos la capacidad de sanarnos, proveyó a la Madre Tierra con todo aquello que necesitaríamos para una existencia feliz y abundante en nuestra experiencia terrestre.
La naturaleza está llena de tesoros incalculables y sorprendentemente equipada para suplir nuestras necesidades. En la antigüedad nuestros ancestros supieron sacar provecho de todos estos recursos, manteniendo una conexión permanente con su entorno. Aprendieron a escuchar, observar y unificar sus sentidos con todo lo que les rodeaba.
Se convirtieron en conocedores de las plantas, descubrieron su utilidad e importancia, al punto de que algunos miembros de la comunidad se especializaron en este conocimiento. En un principio, el mismo se adquirió de manera intuitiva, hasta que con el tiempo aprendieron a cultivar, seleccionar, conocer las medidas precisas, la mejor forma de extraer estas sustancias, y se hicieron expertos en preparar mezclas, ungüentos y brebajes especiales.
Pasando por la historia de nuestra civilización tenemos registros y evidencias de como en las más avanzadas culturas el uso de las plantas medicinales y los aceites esenciales, ya fuera en bebidas sanadoras, baños, masajes, rituales, jugaron un rol de mayor importancia en la sociedad.
Los aceites esenciales que se utilizan para la aromaterapia, contienen principios activos naturales que actúan como agentes de bienestar para nuestros sentidos y nuestro cuerpo, ya sea que lo utilicemos vía oral, por inhalación o sobre nuestra piel. Estos tienen la capacidad de llegar hasta nuestro sistema límbico en el cerebro y nuestro torrente sanguíneo. Se utilizan como terapia para mejorar nuestra salud, estados emocionales, purificar y cargar de energía positiva el ambiente.
En Taller 11:11 hemos unido nuestro intento para que como parte de una sanación integral podamos aprovechar los beneficios terapéuticos que nos ofrece la Madre Tierra con los aceites esenciales. A esta línea la hemos llamado AIYANA, Flor Eterna.
Nuestros aceites esenciales son 100% naturales de Grado Terapéutico y utilizamos el poder sanador del REIKI para irradiarlos con la energía de la más alta dimensión y sus símbolos. Todo esto con la finalidad de aprovechar al máximo tanto los beneficios relajantes, calmantes, tonificantes y estimulantes de los aceites, como el uso consciente de la energía más pura. Haciendo de AIYANA una combinación terapéutica que busca aliviar el estrés , calmar nuestra mente, encontrar alivio a muchas de nuestras dolencias de manera sencilla y la oportunidad de dedicar un tiempo para nosotros consintiendo y estimulando nuestros sentidos.
Conecta 11:11, Conecta AIYANA!
Shanti!